Entrevista a nuestra compañera farmacéutica Encarnación Álvarez, “Encarnita”, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio desde 1997 hasta 2023, en la que ocupó varios cargos en ella. Fotografía de cabecera de Diario de Cádiz.
– Tras 26 años vinculada a la Junta de Gobierno del Colegio, ¿qué balance haces de tu paso por ella? ¿Qué crees haber aportado al Colegio? ¿Y el Colegio a ti?
Mi balance de todo este tiempo es positivo, he aprendido mucho y madurado bastante. Es una forma muy diferente de conocer el Colegio desde dentro, te aporta experiencia en conocer personas dentro y fuera. Es difícil definir lo que yo he aportado al Colegio, pero cuando empecé, mi primera vocalía fue sobre investigación y docencia, y para mí la formación siempre ha sido mi caballo de batalla. Creo que lo conseguí, porque en ese tiempo se dieron muchos cursos sobre formulación, atención farmacéutica, seguimiento farmacoterapéutico, hicimos muchas presentaciones en congresos. A mí el Colegio me aportó mucha enseñanza, sobre todo humana, comprendí lo que son las instituciones, lo que hace que hoy en día reflexione sobre las actitudes que se toman en el Gobierno, y aunque no sea política, se entiende lo que son las instituciones desde dentro.
– Seguramente habrá muchos momentos que habrán dejado en ti, unos buenos y otros no tanto. ¿Cuáles destacarías?
Tuve muchos momentos buenos en el Colegio, tanto con los empleados como a nivel institucional. Recién empecé se hizo la conmemoración del 125 aniversario de nuestra corporación, fueron unos días muy emotivos, de mucho movimiento del Colegio y de los colegiados que acudieron a esos eventos. Recibía a los colegiados que entraban nuevos en la Junta y eso me suponía la alegría de la sabia nueva. También hubo malos momentos, aunque todo el mundo diga que es mejor no recordarlos, pero a veces esas situaciones hacen que a posteriori veas las cosas con más claridad y hoy en día me dan la razón a mí misma, no me ha hecho falta explicarlas.
– Y junto a esos momentos, seguro que también habrá personas que habrán tenido un significado especial para ti.
No puedo dejar en el olvido las personas con las que me sentí muy apoyada en la formación, las farmacéuticas del CIM, Lola, Cristina y Pilar. Las últimas incorporaciones también fueron buenas, aunque tuviera menos tiempo de trabajar con ellas. Por supuesto, hay algunos empleados del Colegio que por su actitud demostraban que su trabajo era por y para la institución, por lo que no me puedo olvidar de ellos y los tengo muy en mente. A mis presidentes, Juan Antonio Morillo, que fue el que me introdujo en la primera Junta de Gobierno. Paco García Villanueva, aunque estuvo poco tiempo de presidente también estuve con él. Felipe Trigo, del cual fui secretaria y aprendí bastante de él, de su forma de ser y de sus actitudes ante la gente, y le tengo mucho cariño porque fueron 9 años bastante intensos. Y Ernesto Cervilla, con el que tuve el cargo de vicepresidenta, y tengo un gran recuerdo de él. Lo llevo cerca de mi corazón porque él siempre me decía que tenía que estar, aunque yo me quisiera ir y me decía que tenía que estar ahí por mi experiencia. Tengo muy buenos recuerdos de todos ellos, ya que son muchos años y momentos, además yo soy una persona muy intensa y apasionada, y así es como realizo mi trabajo, con pasión y cariño.
– Has conocido muy bien qué supone la gestión de un Colegio como el nuestro, las necesidades de sus colegiados, de la labor profesional de los farmacéuticos… ¿Qué recomendaciones darías a los compañeros que forman parte de la actual Junta de Gobierno y a los que vendrán en un futuro?
A mis compañeros que hoy forman parte de la Junta de Gobierno les diría que se impliquen a fondo, les dará muchas satisfacciones ese trabajo bien hecho, que no se dejen nunca ninguna pregunta que no entiendan. Yo siempre recuerdo cuando empecé que oía hablar de la Fundación Tripartita, de siglas que no entendía, y uno nunca se puede quedar con dudas. Hay que entender de que se habla y porque se hace, que lo que hagan siempre sea con cariño hacia su Colegio, porque eso les proporcionará luego grandes satisfacciones.
– Y a los colegiados, a nuestros compañeros farmacéuticos, ¿qué les dirías en relación a su cometido profesional y a su vínculo con el propio Colegio?
Les diría que pasen por el Colegio, que no anden de espaldas a él, que lo conozcan a fondo, que si tienen dudas hoy día, con los medios de comunicación que tenemos, pueden conocer lo que se hace en el Colegio. Tiene redes sociales donde se cuenta lo que se hace, hay una comunicación maravillosa a través de WhatsApp, etc. Por eso les pido a los compañeros que se acerquen, no tiene por qué ser físicamente, pero sí que compartan los programas y formaciones que se dan. Una cosa que considero primordial es, en lugar de criticar o generar a otros profesionales sanitarios, se les vinculen a nuestra profesión. La relación puede ser difícil en algunas ocasiones pero deben intentar vincularse con los centros de salud, por ejemplo, ya que lo que consigan siempre les aportará satisfacciones, en beneficio además de los pacientes. Hay que comunicarse con ellos, yo lo sigo haciendo y lo he hecho desde el principio. A veces me he enfadado porque no tenido buena respuesta, pero te hace conocer y saber que eres un profesional al mismo nivel que ellos, y al final te terminan respetando, entendiendo y consultando.
– El pasado octubre nuestro Colegio (antiguos presidentes, integrantes de Junta de Gobierno, personal de la corporación, etc.) te rindieron un sentido homenaje a tu trayectoria en nuestra corporación. ¿Qué supuso ese acto?
El homenaje que se me hizo el día 30 de octubre será algo que lleve siempre en mi corazón. Fue muy emotivo, cariñoso y estuvieron todos los que tenían que estar. Me sentí muy querida, recibí unas palabras maravillosas de mis cuatro presidentes -me emociono al decirlo-. Le doy las gracias a todos los que estuvieron, mis presidentes, mis compañeras del CIM, la Junta de Gobierno, y hasta algunos compañeros qué pensaban que no me llevaba bien con ellos pero a los que les he tenido siempre mucho cariño, y que también me demostraron su aprecio en el homenaje.
– Aunque ya podrías estar disfrutando de tu merecido descanso, aún sigues estando muy presente en tu oficina de farmacia de Puntales. ¿Qué te mueve a seguir atendiendo a los pacientes?
Mi farmacia ha sido mi vida, el barrio también al que llegué en el año 87 en una época en la que la droga estaba en auge. Yo no conocía para nada lo que era la farmacia porque venía de la Universidad y la verdad que me adapte fenomenalmente al barrio, y él se adaptó a mí. Era un barrio que tenías que ganártelo y lo conseguí, creo que por mi forma de ser. Me encuentro muy a gusto y querida por el barrio, y he trabajado siempre muy bien. Ahora he bajado mi ritmo de trabajo porque no tengo edad ya para tanto, y es mi hija la que se encarga, que también se ha ganado el barrio con mucho agrado. Yo estoy más mayor, y he tenido problemas en la cadera y la rodilla, pero sigo yendo a la farmacia porque me encanta estar allí. Suelo trabajar dentro, pero si hace falta en algún momento dado salgo y ayudo, sigo estando al día con los medicamentos nuevos y doy directrices de cómo se debe llevar la farmacia. No sé cuando voy a dejar de ir porque me da mucha satisfacción, me encuentro muy a gusto allí, y a mi equipo les gusta que esté presente. Además, continúo dándoles información que se adquiere con la experiencia, y aunque les pueda “fastidiar” un poquito, creo que es importante tener una persona con experiencia detrás que las ayude y apoye.